La misión de ALF Italia es difundir en todo el mundo la belleza, el cuidado de los detalles y arte del saber hacer típico del mobiliario Made in Italy.
The Italian art of living
The Italian art of living
Misión
Una empresa de mobiliario que da forma a la vivienda
Entorno / Innovación / Cordialidad
Nuestros valores
Entorno
Reconocemos en nuestro entorno uno de los principios fundadores de nuestra operativa.
Un entorno en el que la familia Piovesana tiene sus raíces desde hace generaciones y que ha contribuido activamente a hacer de ALF Italia una historia de éxito, gracias al esfuerzo de miles de personas que han colaborado con nosotros a lo largo de los años.
Un entorno de una naturaleza excepcional, donde la abundante madera, transportada en barco y trabajada gracias a la fuerza motriz de las acequias, ha sentado las bases para el nacimiento de una tradición maderera que perdura hoy en ALF Italia.
Un entorno poblado marcado por una alternancia de Villas Vénetas, casas de campo y centros urbanos definidos por los rasgos venecianos en los que ALF Italia se inspira constantemente.
En reconocimiento de esta deuda, hoy ALF Italia está comprometida con la preservación de su entorno y de sus tradiciones, para que también los puedan disfrutar las generaciones futuras.
Innovación
Recibimos los cambios con los brazos abiertos y creemos en nuestra capacidad de mejorar día tras día.
A principios de los años 2000 invertimos en tecnología, en los años 2010 en la industria 4.0 y hoy estamos revolucionando la histórica fábrica de Francenigo introduciendo un nivel de automatización que en otros tiempos habría sido impensable.
Nos hemos adelantado a las tendencias estéticas, incorporando elementos de mobiliario capaces de interpretar las formas del futuro.
Cordialidad
Creemos en la dignidad de las personas y en el valor de las relaciones humanas.
Nos lo enseñó nuestro fundador, Oliviero Piovesana: cada mañana debe comenzar dando los buenos días, independientemente de los roces de la tarde anterior y de las discusiones futuras.
En la expresión de este saludo ritual radica el valor de la cordialidad: un planteamiento afable y amable, para crear un sentido de comunidad que trascienda las relaciones profesionales.